Emprendedora contra viento y marea
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Emprendedora contra viento y marea

Emprendedora contra viento y marea

Algo que le llamaba particularmente la atención era el llamado visual merchandising. Con el tiempo, consiguió que se le confiaran más responsabilidades, y no le iba mal profesionalmente. Pero no nos vamos a mentir, algo en su interior le pedía a gritos nuevos horizontes.

Fue entonces cuando decidió cursar un máster de escaparatismo visual, que compaginó con su carrera laboral. Y es que nada se consigue sin algo de sacrificio. Durante muchos meses tuvo que lidiar con un horario agotador. Si su proyecto ya iba cogiendo forma en su cabeza, esta formación catapultó todavía más su determinación innata.

Se percató además de que al aplicar las estrategias que había aprendido durante el máster, las ventas de los negocios en los que trabajaba no paraban de crecer. En ese preciso instante decidió que el momento de crear su propio negocio había llegado. Ya disponía de todas las herramientas que necesitaba para dar el gran paso de su vida.

Dicho así todo suena muy bien, como si abrir un negocio fuera un sendero de rosas, pero la realidad es muy diferente. Ya había tratado de tirar adelante dos proyectos similares con anterioridad, que por varias razones, no acabaron de dar sus frutos. Pero si algo debemos aprender de Shirley, es que hay que perseguir los sueños hasta el final y ser perseverante. Porque al final los sueños se cumplen. No siempre va todo como una se espera, pueden entrarnos ganas de tirar la toalla, pero te aseguramos que a la tercera va la vencida.

Así fue como Shirley retomó este proyecto totalmente por su cuenta. Invirtió en crear una página web para su tienda de moda online, hasta crear Working Girls. Una tienda de ropa femenina para mujeres luchadoras, emprendedoras y soñadoras.

Emprender en época de Covid no es cosa fácil. Surgen muchas inseguridades e imprevistos.

Pero es verdad eso que dicen que de lo malo siempre se puede sacar algo bueno, ya que todos esos meses de pandemia le permitieron dedicarle a su marca mucho tiempo y cariño.

Working Girls no fue un proyecto apresurado, fue un proyecto lento, al que se le dedicó y al que se le sigue dedicando mucha dedicación y esfuerzo.

Por suerte, vivimos en una época en que las mujeres no dependemos de nadie. Una época en la que somos libres de hacer lo que nos propongamos, y de alcanzar nuestras metas por nuestra propia cuenta. Hoy no necesitamos la aprobación de nadie más que de nosotras mismas.

Working Girls es más que una marca; es un ejemplo de superación y una fuente de inspiración para muchas mujeres. Nunca es demasiado tarde para cumplir tus sueños. No dejes que nadie te diga lo contrario; los únicos límites te los pones tú.

Hoy Working Girls es un sueño cumplido.

Comparte tu experiencia con nosotras y ¡súmate a la filosofía #womenpower!

Así fue cómo la fundadora de la marca sacó adelante su negocio en plena pandemia.

 

Emprender nunca ha sido coser y cantar, pero si algo tiene claro la fundadora de Working Girls es que nunca hay que darse por vencidas. Como muchas de nosotras, siempre había tenido en mente la idea de crear algo suyo, de no tener que rendirle cuentas a nadie y de poder ser su propia jefa.

A Shirley siempre le ha gustado la moda, y tras varias experiencias laborales en grandes empresas multinacionales dedicadas al fast fashion, se dio cuenta de que algún día rompería ese techo de cristal que tantas veces nos oprime para crear su propio negocio de moda.

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